Mural

“Nos muestra a la tercera edad como un árbol en el que también se conjuntan todas las edades. La vida es una totalidad que no tiene trozos ni partes. Cada instante de la vida es la vida entera. Cada momento actual es el resultado de todos los momentos del pasado y de todas las posibilidades del ser. Este árbol es un instante de tiempo que se abre y nos muestra en su interior todos los momentos, como una corriente continua que va mudando su forma… Construye este árbol de tronco fuerte y sólido, entre un fluir de raíces, que son origen y un fluir de ramas que tocan lo inefable.

 

Los cuerpos que están y son este árbol son hombres y mujeres porque se está hablando de la humanidad y no sólo de un género y están desnudos porque Emilia no quiso limitarlos, a través de revestimientos, a una época, cultura o posición determinada. Le preocupa más bien matizar su respeto con elementos más humanos: la búsqueda de sus gestos, la preocupación por sus pensamientos, la fuerza de su condición. Y como lo que ocurre en el alma se transparenta en lo que ocurre en el cuerpo, a través de ellos expresa su interioridad.”

– Eva Marovich